27.10.10

Cuando queres que alguien te mire no importa ninguna otra mirada, vos queres esa mirada y ninguna más.
Pedimos a gritos desesperadamente que abran sus ojos y nos miren, que nos vean, que vean nuestro dolor y nos comprendan.
Hacemos enormes esfuerzos para no necesitar de nadie, para no necesitar de una mirada para existir. Pero somos esclavos de esa mirada,
la necesitamos, como al aire. Hacemos cualquier cosa por atraer esa mirada, intentamos ponernos en el campo visual del otro, quisiéramos tener un reflector que nos ilumine, quisiéramos brillar para ser mirados.
Lo curioso es que
los ojos que más nos obsesionan son los que no nos pueden mirar. Pero la mejor mirada no es la que se nos niega, sino esa mirada que no vemos, la que ignoramos distraídamente.
Esa mirada inesperada, fuera de todo calculo, esa mirada que nos ve cuando no nos sentimos mirados y por lo tanto nos mostramos mejor. Una mirada capaz de atravesar la máscara y ver lo que hay detrás.
Es imposible que nos mire a una mirada vacía, vaciada. Pero lo queramos o no somos esclavos de esa mirada porque
todos somos luces apagadas que solo se encienden cuando alguien nos mira.

15.10.10

2.10.10

Ahora que todo esta tan mal y que el futuro no se ve. En un camino tan oscuro ni soñando pararé.
Por una vez siento que hoy, vamos unidos de verdad, en una cápsula que viaja su propia velocidad.
Y si reímos esta bien, abandonemos la solemnidad.
Si nos subimos a ese tren, para reír y no para llorar.
El destino me espera ahí, pero se escapa de mi, nunca lo alcanzo...
Esta ruta no tiene fin, y en ella suena la voz de mi
descanso.
En las estrellas puedo ver, diversas formas y ya se que el pasatiempo es algo viejo, pero igual lo propondré.
En el momento de viajar, aburrirse es muy normal, pero alguien siempre tiene un juego o algo tonto que contar.
Creo que ninguno sabe bien, lo que la suerte nos deparará. Creo que todos sienten que, para reír hay que saber llorar.
El destino me espera ahí, pero se escapa de mi, nunca lo alcanzo...
Esta ruta no tiene fin, y en ella suena la voz de mis descanso. Si pudiera sentirte, si pudiera escucharte yo,
me calmaría. Debe ser la ansiedad que da, no ver donde acabara mi propia vida.
Mi propia vida, descansaría entre el sonido y el silencio de mis días, voy al encuentro de mi futuro, todo me indica que voy a tener alguno.